Los bosques comunales en Guatemala representan la base socio-económica y cultural sobre la cual se han fundado los medios de vida y la organización de una variedad de comunidades indígenas y campesinas. La relación estrecha que se ha establecido entre la organización comunitaria y el bosque con sus recursos es a menudo el fruto de una larga historia, pero puede también resultar de procesos más recientes con los cuales estas comunidades se han adaptados a los cambios que se han dado en el contexto político y socio-económico más general.
A razón del conflicto armado que ha atormentado Guatemala durante 36 anos muchas personas han tenido que huirse y, una vez retornadas, las comunidades que se han formado, se han organizado según nuevas formas de vida y adaptación al medio que les rodeaba. En el caso de las comunidades que viven en las tierras bajas en el norte de Guatemala, cubiertas por bosques tropicales húmedos, comunidades cuyos medios de vida tradicionales se basaban sobre la extracción de los productos forestales no maderables, han tenido que aceptar cambios importantes y aprender a manejar también los recursos maderables de estos bosques, para poder continuar de existir.
En las tierras del Altiplano guatemalteco, cubierta por bosques templados de altura, los bosques han sido factores fundamentales en la construcción de la identidad y de las estructuras organizativas de las comunidades indígenas y aun hoy la mayoría de estos bosques se encuentra bajo esquemas de tenencia comunal y municipal (aun a menudo estos derechos queden sin reconocimiento legal).
La diversidad de casos da lugar a una variedad muy amplia de formas según las cuales las comunidades se organizan para el manejo de los recursos forestales a nivel local. Estas formas organizativas evolucionan en el tiempo y se caracterizan por articulaciones complejas entre diferentes tipos de derechos y detentores de derechos, tanto individuales como colectivos.
A menudo los sistemas formales legales no han tenido en cuenta ni reconocido estas formas locales de organización y manejo de los bosques, imponiendo patrones de gestión pilotados desde arriba y provechosos para los intereses de una minoría. Este proceso se ha dado de una manera dramática en Guatemala donde, desde la época colonial, la apropiación de la tierra y de los recursos naturales de las comunidades indígenas ha servido a la estructuración de relaciones de poder excluyentes para la mayoría de los pueblos. Dentro de la situación agraria extremamente polarizada que ha resultado de este proceso, los bosques, en particular en las zonas de montana (menos interesantes para el desarrollo de las grandes plantaciones agrícolas), han continuado a jugar un papel esencial para los medios de vida de las comunidades locales y a ser manejados según esquemas de gestión comunal.
A pesar de los cambios en el marco legislativo de tenencia de los bosques que se han dado en Guatemala a finales del siglo pasado (a la par de otros países de América del Sur y del mundo), y de los principios de reconocimiento de los derechos de las comunidades sobre sus territorios tradicionales y tierras comunales, que se afirman a partir de la Constitución de 1985, de los Acuerdos de Paz de 1996 y de la firma del Convenio 169 de la OIT, la posibilidad de hacer reconocer las tierras y los bosques comunales ha progresado muy poco hasta la fecha, teniendo que confrontarse a una concepción muy excluyente de los derechos sobre la tierra y los recursos naturales.
Sin embargo, dentro de este contexto, han logrado ponerse en marcha algunas experiencias muy interesantes que han permitido realizar cambios totalmente inesperados en las relaciones de poder relativas a la gestión de los bosques. De esta manera ha sido posible, aun parcialmente, afirmar y reconocer el papel de las comunidades indígenas y campesinas en el manejo de sus bosques. Por supuesto estos cambios han supuesto luchas largas y dolorosas; las comunidades locales han tenido que realizar un esfuerzo importante de movilización social y organización de sus reivindicaciones y estrategia políticas, logrando aprovechar de un momento histórico-político particular.
La significación hoy en día de estas experiencias, y por ende la necesidad de documentarlas/valorizarlas, reside en la capacidad que estas comunidades han demostrado para adaptarse e ir construyendo (o consolidando) unos sistemas de gestión colectiva de los recursos forestales, que hacen la prueba del valor de las comunidades para la preservación de los recursos naturales que se encuentran en los bosques. En algunos casos se ha ido hasta emprender experiencias exitosas de manejo empresarial de los recursos forestales, que han permitido mejorar las condiciones de vida de estas comunidades. En la región del Peten los mapas satelitales muestran como en las áreas donde se encuentran las concesiones forestales comunitarias, las quemas y la deforestación hayan tenido un impacto bien mas limitado que en otras áreas.
Los sistemas de gestión comunitaria permiten enfrentar dos principales desafíos relativos a la gobernanza de los bosques:
la conservación de los bosques tropicales húmedos y la preservación de su biodiversidad en tanto que reto fundamental para el mantenimiento de los equilibrios ecológicos mundiales y la reducción del cambio climático,
la lucha contra las condiciones que causan la pobreza y la exclusión de las comunidades campesinas y indígena de los procesos de desarrollo económicos y de la participación política.
Estos avances son extraordinarios en el contexto socioeconómico y político en el cual estas experiencias han logrado desarrollarse. Analizar de qué manera estos procesos han logrado invertir relaciones de poder extremamente excluyentes hacia las comunidades es extremamente interesante para reflexionar sobre las situaciones que se dan en otros contextos.
El objetivo de este trabajo ha sido de capitalizar las experiencias de los socios de la Iniciativa RRI y de apoyarlos en su trabajo de participación en los espacios de negociación para la defensa de los derechos de las comunidades indígenas y campesinas que viven de los recursos de los bosques.
Al mismo tiempo, y de una manera mas global, estos documentos quieren contribuir, proporcionando insumos valiosos, al trabajo de reflexión e incidencia política que, en diversos países del mundo, las organizaciones representantes de los pueblos de los bosques realizan para avanzar hacia el reconocimiento de los sistemas de gestión y manejo forestales comunitarios y de su papel para la conservación de estos recursos.
En Guatemala como en muchos otros países forestales es urgente avanzar en la proposición de nuevas soluciones políticas para la gobernanza de los bosques, en las cuales las comunidades jueguen un papel central. Este trabajo es largo y complicado, porqué necesita confrontarse con visiones arraigadas y deconstruir los paradigmas sobre los cuales se han definido, hasta la fecha, los derechos de cada grupo socio-económico, cuyas bases a menudo son falsas y solo sirven de justificación par el acaparamiento de los recursos comunes en las manos de unas minorías. Los bosques han sido a menudo considerados como espacios vacíos de hombres, tierras vírgenes para la instalación de proyectos agrícolas. En las áreas boscosas más densas la gestión de los recursos forestales ha opuesto producción y conservación como únicos esquemas de gestión apropiados.
La difusión de materiales de documentación sintéticos y accesibles a un largo público permite la comprensión y la participación al debate por todos los actores interesados por la gestión de los recursos naturales comunes. La definición de propuestas concreta de políticas de gestión territorial es una cuestión que concierne a todos y necesita de la participación la más amplia.
La metodología a la base de este trabajo de reflexión sobre la gobernanza de los bosques se basa en:
La comparación entre experiencias resultantes de realidades muy diferentes, considerando que más allá de las diferencias, existen desafíos comunes que los pueblos de los bosques deben enfrentar, en particular las dinámicas globalizadoras de acaparamientos de los recursos naturales comunes. Mirar lo que se ha hecho en otras situaciones puede ayudar a reflexionar sobre su propia realidad.
La utilización de un marco teórico que se basa sobre el pluralismo jurídico y considera la evolución histórica de la diversidad de sistemas de tenencia, la coexistencia de una pluralidad de derechos, derechos tenientes y de marcos regulatorios en torno a la tierra y los recursos naturales. La atención no está puesta en las leyes, no se consideran como contrapuestos lo formal y lo informal, mas bien se basa en la observación de las prácticas, que siempre son una mezcla de las dos. Las prácticas dependen de las estructuras sociales y de las relaciones sociales y de poder, y la dimensión política es central en el debate.
La presente carpeta se compone de 12 fichas de documentación, que no pretenden proporcionar una presentación exhaustiva de la gestión de los bosques en Guatemala, mas bien se proponen de ofrecer unos elementos de análisis, a partir de las interesantes experiencias de algunas comunidades forestales de este país.
Este documento sobre la gobernanza de los bosques*], ha sido desarrollado en el marco de un proyecto financiado por la Fundación Ford y la Fundación para el Progreso del Hombre, en colaboración con los socios de la Iniciativa para los Derechos y los Recursos (RRI) en dos países, Camerún y Guatemala.
Carpeta : Gobernanza de los bosques en Guatemala Ficha Introduccion
Ficha redactada por : Marta Fraticelli (AGTER)
Fecha de redacción : Junio 2013